En una ciudad inteligente o smart city las cosas más simples como una farola o un cubo de basura podrían estar controlados por chips que avisaran a las personas responsables del funcionamiento de dichas cosas.
Hasta tus movimientos bancarios o tus gustos podrían estar controlados por chips para proporcionarles a las empresas tu información y así tener una ventaja frente a empresas rivales.
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